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La huella sustentable de Femsa

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Cada movimiento estratégico de Fomento Económico Mexicano (Femsa) tiene un impacto dentro o fuera del país. La multinacional opera 18,608 mil tiendas Oxxo, 539 gasolineras y es el embotellador público más grande de The Coca-Cola Company en el mundo. Su negocio tiene proporciones enormes, pero también su responsabilidad.

En 2018, el corporativo que preside José Antonio Fernández Carbajal, el empresario apodado como “El Diablo”, inyectó 2,858 millones de pesos a la búsqueda, generación y desarrollo de estrategias que redujeran el impacto de su negocio en el medio ambiente, pero también que lograran un beneficio en personas.

El reto no es menor para Femsa. México tiene un rezago en el uso de fuentes de energía limpias y ahí está un foco amarillo. Hasta el primer semestre de 2019, sólo el 20.7% de la energía eléctrica en nuestro país provino de fuentes limpias, de acuerdo con el primer informe de gobierno de la actual administración.

El asunto no es filantropía. Femsa sabe de negocios y el ahorro en costos, incremento de la productividad y la intención por mejorar su relación con los trabajadores son parte de las razones económicas de sus esfuerzos.

En 2018, del total de su inversión, 618 millones de pesos se inyectaron en la búsqueda de su eficiencia energética y tecnologías para reducción consumo de luz y agua.

La ley, por su parte, genera un mínimo impulso. Desde la Reforma Energética, las empresas tienen la obligación de contribuir con el compromiso nacional de generación limpia de electricidad, sin embargo, el requerimiento mínimo en cuanto al uso de energías limpias es de 5%, por lo que esto no es una presión para el corporativo regiomontano.

A la fecha, 19 de 21 plantas embotelladoras de Coca-Cola Femsa en México operan con energía renovable, al igual que 600 farmacias YZA y 11,300 tiendas Oxxo. La labor no ha sido de la noche a la mañana, ni tampoco por un tema regulatorio.

Desde sus inicios, Femsa ha buscado opciones de energías limpias, sin dejar a un lado su visión de negocio, explica Víctor Manuel Treviño, director de energía y medio ambiente de la multinacional que tiene sus orígenes en la Cervecería Cuauhtémoc fundada en 1890 en el estado de Nuevo León.

Hacia adelante todavía hay retos. Femsa quiere pasar de 63% a 85% de sus operaciones alimentadas con energía renovables. Sus tiendas reciben energía eléctrica de seis proyectos diferentes, uno de ellos es el parque eólico Amistad en Coahuila inauguarado el año pasado, así como otros parques en Oaxaca, Nuevo León y San Luis Potosí.
Contribuir a la preparación laboral de sus empleados y mejorar las comunidades son los otros dos frentes en la agenda de sustentabilidad y responsabilidad social de Femsa.

En 2018, los trabajadores del corporativo tuvieron una capacitación promedio de 30.15 horas, en comparación con las 25.60 horas al año de 2016, mientras que la inversión en iniciativas para el impacto comunitario fue de 850 millones de pesos.

Según la firma KPMG, el tema de sustentabilidad todavía no está permeado en el país. La encuesta “Desarrollo Sostenible en México 2018” mostró que 98% de las firmas en el país consideran relevante y crítica la sostenibilidad en el futuro de las organizaciones, pero sólo 50% conversa de estos temas en sus consejos de administración.

“En Femsa, las unidades de negocio y la compañía en general tiene estrategias específicamente implementadas en estos temas. Nosotros vemos la sustentabilidad como un elemento integral de nuestra estrategia”, asevera Treviño.
Pese a sus esfuerzos, Femsa ha enfrentado críticas por escasez de agua en estados como Chiapas y Puebla, además de ser cuestionado por sus detractores por su vínculo con enfermedades en la población vinculadas al consumo de refrescos y otras bebidas azucaradas.

Frente a esto, la firma asegura que el año pasado cinco de sus plantas embotelladoras en el país recibieron el certificado de Excelencia Ambiental otorgado por la Procuraduría de Protección al Ambiente (Profepa).

Treviño también dice que reconocen la importancia de ser “evaluados por organismos internacionales, es algo sano, adecuado y nos permite seguir mejorando”, de ahí su entrada a índices globales de sustentabilidad.

Hoy, el corporativo ostenta el título de la única compañía de bebidas en América Latina de ser incluida en el Índice de Sostenibilidad Dow Jones para Mercados Emergentes, además de formar parte del Índice de Precios y Cotizaciones Sustentable de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) desde el 2010.

Hasta 2018, Femsa sumó tres años de tener presencia el Índice de Mercados Emergentes FTSE4Good de la Bolsa de Londres y en el Índice de Mercados Emergentes de la agencia de investigación Vigeo-Eiris.

Femsa dice ser ambiciosa y entre sus metas a futuro son lograr mayor eficiencia energética, acopiar el 100% de todos los envases que se inyectan al mercado para 2030 y continuar con inversiones para reducir gases de efecto invernadero, sin dejar de buscar un impacto en su gente y las comunidades. La tarea es aspiracional, dice Treviño.

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