
Redacción| Las consecuencias que provocan la extorsión en la economía y la convivencia son muy graves, por ejemplo, en el primer trimestre del año, la extorsión afectó a 22 estados de la República como Aguascalientes, Baja California, Ciudad de México, Coahuila, Colima, Chiapas, Chihuahua, Estado de México y Guanajuato.
En un comunicado, la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) detalló que la extorsión abate la fuerza emprendedora de la ciudadanía ya que ataca a aquellos que día a día se esfuerzan por encontrar márgenes de utilidad aceptables y puntos de equilibrio que les permitan mantenerse abiertos al servicio de los consumidores.
“Este elenco de inauditos chantajes minan la paz social. Al final del día desalientan la inversión y la actividad económica, pues muchos pequeños emprendedores se ven enfrentados a la disyuntiva de pagar la extorsión o cerrar sus negocios”, dijo Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC.
La alianza comenta que la extorsión es un impuesto ilegal e inmoral que cobra por el derecho a trabajar y fomenta la criminalidad para fondear las finanzas de las pandillas delincuenciales que azotan tres cuartas partes del territorio nacional.
“Colima, entidad perdida en la agenda pública, seguido de Zacatecas y Quintana Roo, son los estados más violentos del país en este desfile de extorsión que impregna a la República como el moho que provoca la corrosión”, señaló Rivera.
El cobro mínimo por derecho a piso es de 500 pesos a la semana, por lo que un pequeño comercio de abarrotes llega a pagar hasta 2 mil pesos mensuales para que lo dejen trabajar, cifra que representa el 20% de su utilidad mensual; sin embargo, este cobro puede alcanzar un techo de hasta 50 mil pesos dependiendo el giro del negocio.
Sigue nuestros contenidos en redes sociales en Twitter.
Consulta nuestras noticias aquí.
Categorías:Noticias